¿Sigues al rebaño?
Puede que hayas tenido una idea genial. Es un concepto nuevo y atrevido. Te entusiasmas con esa idea y otras que van fluyendo de manera casi mágica a tu mente. Vas a revolucionar el sector. Has encontrado la formula del éxito. Serás único y todo el mundo querrá reservarte una mesa y probar tus platos.
Explicas a tus familiares y amigos tu gran idea y… adivina que pasa.
En lugar de apoyarte y animarte hacen todo lo contrario. El entusiasmo se convierte en miedo. ¿Será demasiado arriesgado? ¿Y si no es buena idea?
Puede que pienses que hacer una encuesta te ayudaría a salir de dudas y tomar la decisión correcta.
ERROR
Como dijo un gran showman estadounidense “No sé cual es la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar agradar a todo el mundo.”
La mayoría se rinde frente al miedo y termina por apostar por un negocio mediocre, por que ser extraordinario lleva implícito cierto riesgo que no todo el mundo está dispuesto a correr.
Hacer algo extraordinario, lleva asociado ser diferente y separarse de lo comúnmente aceptado. El que hace eso, recibe infinidad de críticas de los que siguen el rebaño. Ellos interpretarán que intentas demostrar que eres más listo y te sitúas en el centro de todas las miradas. Desearán secretamente tu fracaso porque esa será la prueba de que ellos no son tan tontos.
Si cedes a la presión, quizá sobrevivas por un tiempo, pero seguro que eso no te satisface totalmente. ¿Por qué montar tu propio restaurante si no es para buscar el máximo éxito?
Desde aquí te animo a que lo intentes. Valora los pros y los contras. No te lances a la piscina a lo loco. Pero cree en ti, en tu proyecto, en tu idea. No hay nada más gratificante que demostrar que tú tenías razón y que ellos, el rebaño, estaban equivocados. Se valiente. Recuerda que para los emprendedores no es “Ver para creer” sino “Cree, y verás”.